Por ti, por los tuyos, por Arahal, seguiremos poniendo todo nuestro empeño. PARTIDO SOCIALISTA INDEPENDIENTE DE ARAHAL.

jueves, 12 de octubre de 2017

CUANDO EL SABIO SEÑALA LA LUNA, EL TONTO LE MIRA EL DEDO (3)


En las dos entadas anteriores hemos hablado de los referéndums en general y en particular del seudoreferéndum catalán del día primero de octubre.

Puede que algunos hubieran preferido que narráramos esta historia con mayor rigor cronológico, pero hemos preferido hacerlo así en un intento por que fuera más amena y menos lineal. Así, conformaremos un puzle que nuestros lectores, al final, podrán ordenar como gusten.

VAMOS A CONTAR MENTIRAS, TRALARÁ

Aunque el nacionalismo catalán, como veremos en otra parte, propiamente nació a finales del siglo XIX, ha sido en estos últimos años cuando su crecimiento se ha hecho exponencial. Este crecimiento espectacular ha sido fuertemente impulsado por la difusión masiva de una serie de mentiras que el nacionalismo catalán ha urdido a lo largo de estos últimos años. Ya desde su mismo nacimiento, el independentismo trató de dotarse de una serie de “argumentos” que iban desde las razones históricas a las biológicas (raciales); dejaremos un repaso a esos argumentos en otro apartado y nos limitaremos aquí a reseñar los más recientes.

Advertimos que todas o casi todas  las mentiras aquí expuestas han sido extraídas del artículo «Mitos y falsedades del “procés”», publicado en el diario El País el día 24 de septiembre pasado.

1.              LA CONSTITUCIÓN DE 1978 ES HOSTIL A LOS CATALANES.
No solamente es falsa esta afirmación, sino que además resulta grotesca. Hay muchísimos argumentos para desmontar esta absoluta estupidez. Lo primero, es que de los siete ponentes de la Constitución, dos de ellos eran catalanes: Miquel Roca y Jordi Solé Tura. Y ya quisieran para sí muchos de los políticos hoy en activo, la altura política e intelectual de esas dos personas. Lo segundo es que este texto constitucional es conocido como “el de los catalanes” precisamente por la influencia directa e indirecta que ejercieron durante su redacción. Lo tercero es que el modelo de estado elegido fue el de la República Federal Alemana, muy descentralizada en comparación con Francia e Italia, por ejemplo.

Así, pues, España es hoy uno de los países políticamente más descentralizados del mundo. Y, hay que reconocerlo, en parte debido a la influencia catalana en la redacción de la Constitución. Esta influencia se ha dejado sentir tanto por el empuje de determinados partidos, sobre todo el PSC, y también como un intento de reconocer y recuperar el impulso dado a la descentralización en la II República. Pero recordamos ahora una película en la que un agente de bolsa americano le pregunta a su jefe que cuántos millones necesitaría tener para retirarse del negocio y el otro contesta: MÁS… Había una canción que decía precisamente eso: Todos queremos más. Pero ¿cuándo se para ese ansia? ¿Cuando se toma lo ajeno?

Ahora, como tantas otras cosas, algunos (no solo los independentistas) pretenden derogar la Constitución. Entre esos “algunos” hay gente de toda laya y quizá se reconozcan por su actitud que podría describir el título de una obra del escritor británico John Osborne: “Mirando hacia atrás con ira”. Por cierto, este escritor pertenecía a un grupo de autores llamado “Jóvenes Airados”. Nada que ver, nada que ver…

Estos “demoledores” por afición y convicción, son los nunca bien ponderados adanistas, esos que pretenden que la historia del mundo empiece a contar desde la fecha de su nacimiento.  Hemos hablado en varias ocasiones de ellos, así que vamos a dejarles ahora con sus ensoñaciones.

En cambio, los independentistas catalanes utilizan otros argumentos contra la Constitución. Y como suele pasar con esta gente, esos argumentos son tan falaces que no resisten el menor análisis. Quieren basarse en los 1,9 millones de votos que cosecharon los partidos que hoy gobiernan Cataluña (Junts pel Sí y la CUP) en las elecciones de 2015: eso supone el 47,7% de los votantes. Claro que no les interesa hablar de los 2,7 millones de catalanes que aprobaron en referéndum la Constitución de 1978. Y eso suponía el 90,46% de los votantes. Es de suyo que ese argumento independentista no tiene valor alguno en tanto no consigan superar ese número de votos. Eso es lo que pensaría cualquier persona sensata.

2.              LA AUTONOMÍA HA FRACASADO.
Somos muchos los que creemos que, sin estar totalmente de acuerdo con la actual Constitución española, comprendemos (porque vivimos aquellos años) que el ambiente político general impedía, en la mayoría de los casos, ir mucho más allá de lo que se fue, teniendo en cuenta los condicionantes de todo tipo con que se llevó a cabo la llamada “Transición Política”. Recordamos los constantes rumores de “ruido de sables”, “inquietud en las salas de bandera”, el “búnker” siempre amenazador, etc. etc.

 Reproducimos  las portadas de dos ejemplares de la revista semanal Triunfo: la primera, la del número 778, fechada el 24 de diciembre de 1977  (un año antes del referéndum en que se aprobó la Constitución). El «Olor a pólvora» a que hace alusión la portada, tiene que ver entre otras cosas con las palabras pronunciadas por un general de la Guardia Civil en un acto de homenaje póstumo a un guardia civil asesinado. Dijo así: «La Guardia Civil, por su naturaleza de cuerpo armado, dotado de medios de represión enérgicos y contundentes, no está capacitado para operar en ciertos medios en los cuales deben operar otras fuerzas. La Guardia Civil no quiere víctimas. Sirve al pueblo y no tolerará que en nombre del pueblo, del que proceden sus hombres, se instigue la muerte de sus miembros. Por eso pide a la máxima representación del poder central aquí presente que, si alguna vez tiene que usar de esta fuerza, sepa la responsabilidad que contrae. No tenemos medios intermedios d defensa; sentimos todos los muertos, pero no podemos dejarnos matar sin acudir a los medios que se han puesto en nuestras manos.»

Más adelante, el editorial de la revista dice: «Hay un olor a pólvora en el país. Cada fin de semana nos encontramos con un muerto de muerte violenta. Se nos asegura que esta vez el Gobierno va a tomar medidas firmes. Las que toma, o son inútiles o producen nuevas alteraciones. La persecución de los delitos cometidos debe hacerse sobre los culpables directos, individualizándolos, no en forma de castigo sobre la nación.»

Los curiosos pueden acudir a la hemeroteca para situar estas frases en su contexto concreto.



La otra portada de Triunfo que reproducimos corresponde al número 827, del 2 de diciembre de 1978 (el sábado anterior al referéndum sobre la Constitución española, que tuvo lugar el miércoles día 6). Vemos en esta portada un enorme SÍ, acompañado por otro titular que dice «EL “GOLPE DE MANO”». Pues bien, este golpe de mano hacía referencia a la “Operación Galaxia”, nonato golpe de estado proyectado por Tejero e Ynestrillas, entre otros.

Hemos reproducido estas dos portadas por dos razones: Una, para ilustrar nuestra afirmación anterior acerca de las tensiones políticas en torno a las cuales se elaboró y aprobó la Constitución. Y otra, para que los eternos adanistas, esos que dicen aborrecer la Constitución (apostaríamos a que aborrecen la historia universal) por la única razón de que ellos no estaban allí para votarla, se enteren de una vez por todas de que ni estaban, ni los que estábamos allí les esperábamos. Se nos entiende? 

Ahora, somos muchos los que pensamos que, por diversas razones, la Constitución española de 1978 necesita urgentemente una serie de reformas. De acuerdo. Y entre esas reformas, también estamos de acuerdo, habrá que abordar el tan cacareado Título VIII, DE LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DEL ESTADO. Pero hay una opinión bastante extendida entre los partidarios de una organización centralista del Estado, de que efectivamente algo se hizo mal en la Constitución: una excesiva y alocada descentralización que ha llevado a innumerables duplicidades de funciones, disfunción y encarecimiento de las administraciones públicas, etc. Ergo, proponen una recapitulación, una cierta retirada a las Comunidades Autónomas de algunas competencias, que volverían a ser asumidas por el gobierno central.

Dicho lo anterior para centrar el origen y estado actual de la cuestión, vayamos a la afirmación central de que la autonomía ha fracasado en Cataluña.  Si bien es cierto que el PP ha ido introduciendo desde 2012 toda una serie de leyes tendentes a recentralizar el poder, lo que es innegable es que los Estatutos de Autonomía catalanes (1979 y 2006) en general, han supuesto que Cataluña alcance unas cuotas de autogobierno que jamás ha tenido en toda su historia: recuperación del idioma, corresponsabilidad fiscal y recaudación de impuestos, competencias en sanidad y educación, etc. etc. Pese a ello, los independentistas han hecho casus belli de los recortes que el Tribunal Constitucional hizo al Estatuto de 2006. Sería absurdo negar los errores cometidos por el presidente Zapatero, como tampoco el PP puede soslayar sus responsabilidades ante aquella feroz campaña, recogida de firmas incluida, contra ese Estatuto. Pero al final el resultado de esta intervención del TC fue más cualitativa que cuantitativa: se anuló un artículo y se hicieron matizaciones a otros 13, y esto, de un total de 238 artículos. Pero se tocaron aspectos como la descentralización del poder judicial, se eliminaron importantes competencias financieras y determinados aspectos simbólicos. Lo peor fue que en Cataluña cayó como un jarro de agua fría, un agravio imperdonable, que un tribunal de justicia anulara cuestiones aprobadas por la voluntad popular representada en un parlamento y sometida además a referéndum. Aún hoy, esto sigue sirviendo de munición en el argumentario independentista.

No podemos dejar de señalar aquí la hipocresía de Esquerra Republicana de Catalunya, que pese a ser los que más han lamentado después la “pérdida” del Estatuto, hicieron campaña en contra de ese texto e incluso pidieron el voto negativo en el referéndum de 2006. Claro que de esto nadie quiere hablar. Tal vez ese afán por borrar la historia no solo tenga por objeto enterrar la corrupción; puede que también tenga que ver con ocultar otras verdades (vergüenzas) incómodas.

Pese a estos y otros reveses, España está considerado internacionalmente como el séptimo país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) según el baremo del poder fiscal descentralizado, y el primer país en cuanto a la intensidad de su descentralización entre 1995 y 2004. Recordemos de paso que la OCDE está integrada por 35 países, desde Alemania a Turquía, pasando por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Nueva Zelanda, etc.

3.              VOTAR ES SIEMPRE DEMOCRÁTICO.
Esta es una de las falacias que con más ahínco ha mantenido y sigue manteniendo el independentismo catalán. En cuanto a las hipotéticas “bondades” democráticas de los referéndums, nos remitimos a nuestro post del día 4 de este mismo mes. Pero ellos siguen impertérritos repitiendo las mismas mentiras pese a que una y otra vez se le desmontan los argumentos; y no sólo por parte de los partidos políticos españoles contrarios a la secesión, sino por parte de todos los organismos internacionales.

Los independentistas catalanes, inasequibles al desaliento, sacan los casos de Quebec, de Escocia e incluso de Eslovenia: parece que son incapaces de entender que son casos muy distintos, tanto histórica como legalmente, pero ellos siguen repitiendo lo mismo Y funcionan poniendo en circulación conceptos que no acaban de explicar, como el tan cacareado “referéndum pactado”. ¿Qué es eso?


No vamos a cansar más a nuestros lectores aportando argumentos contrarios a la pretensión de revestir de legalidad y democracia pretensiones a todas luces ilegales y antidemocráticas. En la red, en los múltiples artículos publicados al respecto, encontrarán argumentos de todo tipo que invalidan estas pretensiones.

(Continuará)

jueves, 5 de octubre de 2017

CUANDO EL SABIO SEÑALA LA LUNA, EL TONTO LE MIRA EL DEDO (2)


DE TRAIDORES, INEPTOS E HIPÓCRITAS. EL DÍA “D”

Pero independientemente de lo que hemos señalado antes, el seudoreferéndum catalán dio más de sí. Mucho más. Desde primeras horas del domingo, cualquiera que hubiera estado al corriente del “problema catalán”, se hubiera percatado de que algo raro pasaba: las repetidas proclamas del gobierno español de que no habría referéndum, de que lo tenía todo controlado, etc. etc., se desmoronaban tan repentina y estrepitosamente como una casa en ruinas. Muy por el contrario, lo que pudimos ver fue la españolísima improvisación:

—La policía va a los colegios con horas de retraso ante la más que predecible traición de los Mossos. ¿A ninguna lumbrera del Gobierno se le ocurrió siquiera prever esto? Pues vista la actitud previa de su jefe, el tal Trapero, y otros signos, era más que previsible. Por segunda vez: Si parece un pato…

—Somos todos muy chistosos. Cuando los independentistas mostraron la urna que aseguraban tener preparadas, hicimos muchos chistes: que si parecía una fiambrera, que si se habían comprado en un todo a cien, etc. etc. ¿Pero era más importante el tipo de urna que el hecho de la votación? ¿No habían votado antes en urnas de cartón? ¿Nadie pensó que podían estar escondidas en alguna otra Comunidad Autónoma cercana en la que los independentistas gozan de ciertos apoyos (Aragón, por ejemplo) o en la cercana Francia? Algunos, ingenuos de nosotros, llegamos a pensar que el silencio del Gobierno se debía a que efectivamente lo tenían todo controlado, pero no querían levantar la liebre para dar el golpe en el último minuto y no darles tiempo a poner en marcha un plan B que sin duda tendrían. De ahí nuestra estupefacción al observar que los independentistas iban ganando al Estado por goleada ya a las diez de la mañana: había multitud de colegios abiertos, mesas constituidas y miles de personas votando con absoluta normalidad.

— Y nosotros pensando: ¿Es este Estado Leviatán que describió Hobbes? ¿Es este Estado nuestro ese monstruo cuyo poder es tan temible? No. Estábamos asistiendo, en vivo y en directo, a la ridiculización del Estado Español a manos de unos cuantos vecinos, unos policías traidores, todos abducidos por la reaccionaria ideología nacionalista. Y para que no falte nadie, un clásico: la Iglesia (o al menos una parte de ella), esa especie de gallina que pone los huevos en varios sitios a la vez. ¿Ya hemos olvidado que fue la iglesia católica la que dio el nombre de «Cruzada» al golpe de estado de Franco y a la matanza que siguió? Pues eso…

—Y nosotros pensando: ¿Dónde está, dónde ha estado el CNI, nuestros espías? Volvemos a recurrir a lo mismo de antes y nos acordamos de las historietas de “Anacleto, agente secreto”. Han tenido meses para crear una imponente red en Cataluña y ¿no se han enterado de nada de lo que estaba pasando ante sus ojos? ¿O sí se han enterado y ha sido el Gobierno el que ha ignorado sus informes?

Pero como establece la famosa Ley de Murphy, «si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal», (ya saben, aquello de que “toda tostada untada de manteca que se caiga, tenderá a caer con el lado untado hacia el suelo”). Así que empiezan a aparecer en televisión las cargas de la policía; vaya por delante que jamás estaremos a favor de según qué cargas policiales. Por muchas razones que no vienen al caso. Pero hay algo que tampoco soportamos: si alguien llama al albañil a hacer obras en su casa, es normal que el albañil cause polvo. Así que esos que después besaban a los Mossos y llamaban asesinos a guardias civiles y policías nacionales, deberían revisar esas imágenes de los Mossos APALEANDO sin contemplaciones a manifestantes catalanes. Y no hace tanto tiempo de eso, están en la red.
Creemos que es procedente recordar que en la antigua Grecia, la palabra que designaba a un actor de teatro era HIPÓCRITA. Y la palabra HIPOCRESÍA (hipokrisis en griego) estaba formada por las raíces de las palabras que significaban “actuar, fingir” y “máscara” (en alusión a las máscaras que se colocaban los actores. Modernamente la Real Academia de la Lengua define la hipocresía como el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que se tienen o experimentan.
Pues bien, todo el que haya visto las imágenes de las actuaciones policiales el domingo pasado, convendrá en que hay algunas de ellas brutales. Pero si comparamos el conjunto de ellas con las que hemos visto en otros lugares de Europa, e incluso en la misma Cataluña, como decíamos antes, nos parece que las del domingo son “blanditas”. El problema es que, como siempre, el relato victimista que hacen los independentistas de estos hechos, rebasan con mucho cualquier explicación que haya podido dar el Gobierno español. Y ya tenemos a todos los hipócritas de Cataluña, y no pocos de fuera, condenando la violencia del Estado Español contra el pueblo catalán. Y que no se nos olvide citarlos, no sea que se enfaden: a los nacionalistas y a los hipócritas también les han acompañado los tontos de siempre, esos izquierdosos de pacotilla que bailan al son que les tocan

Así que no ha existido la violencia de los independentistas, porque como dice el inefable Tardá, ellos lo hacen todo “a la catalana”, es decir, pacífica y democráticamente. No ha existido el silletazo que un individuo propina a un policía en el interior de un colegio, no han existido esos insultos, acorralamientos y provocaciones a la policía, no han existido esos valientes degenerados que se han ocultado tras sus propios hijos y padres o abuelos, utilizados como escudos humanos, para tratar de evitar las cargas policiales o, en última instancia que fueran las primeras víctimas de la violencia policial, para así poder vender esas “inhumanas agresiones”. ¿O no es así? Tampoco existió esa concejala independentista que proclamó la rotura de todos los dedos de una de sus manos, demostrándose posteriormente que era mentira. Tampoco es verdad que se han utilizado en las redes multitud de fotos trucadas. Y tampoco es verdad que se ha inflado a placer el número de supuestos heridos (¿en qué hospitales han estado, dónde sus partes médicos?). Solo una precisión: si eso hubiera sido verdad, estaríamos viendo las fotos de todos esos “héroes”, en todas las televisiones, tres veces todos los días.

Todos sabemos esto. Y habrá algunos que no querrán verlo, pero son hechos incuestionables. Mención especial merece la única televisión que estuvo de guardia todo el domingo, la Sexta. Repetía una y cien veces las secuencias más duras de las actuaciones policiales, de manera que pudiera parecer que en las calles de Cataluña hubiera poco menos que una guerra civil. No importa, ya sabemos de qué va esto. Sabemos que Queipo de Llano, que durante la sublevación de Franco (al que él llamaba “Paca, la culona”), disponiendo tan sólo de varios camiones y de unos cuantos soldados marroquíes, ordenó que dieran vueltas y vueltas por Sevilla para dar la impresión de que disponía de miles de efectivos.

Claro que sabemos de qué va esto.  Lara, ese catalán de pro (hijo de un sevillano oriundo de El Pedroso) fue el primero en proclamar que el Grupo Planeta (del que es el principal factótum) se iría de Cataluña si se proclamaba la independencia. Él allá, al fin y al cabo “la pela es la pela”. Pero mientras tanto, acordémonos de que también es el factótum de A3Media (dueña de Antena 3, La Sexta y La Razón, entre otros medios de comunicación); así que se aprendió cuando era niño aquello de Groucho Marx: “Estos son mis principios; y si no le gustan, tengo otros”. La Razón es un periódico muy de derechas, Antena 3 es una televisión simplemente de derechas y la Sexta juega a ser de izquierdas. Siendo así que el tal Lara tiene para todo, tanto para planchar un huevo como para freír una corbata…

A lo que íbamos es que el jefe de La Sexta, el tal García Ferreras, ha salido muy compungido; nos dio la impresión de que casi llorando, quejándose que los independentistas le habían insultado en la calle, incluso amenazado de muerte. Él habrá pensado que son unos desagradecidos o unos ignorantes que no saben lo bien que les viene sirviendo Pero a lo mejor estaban pensando como aquel romano que espetó a los asesinos de Viriato que “Roma no paga traidores”.

El resumen de todo esto es que, cuando escribimos estas líneas han pasado dos días del falso referéndum y que parece que no ha habido tal. Nadie, ni los propios independentistas, hablan de él. Como se suele decir, ya está amortizado, ya ha cumplido su función, que no era otra que servir de excusa para para proclamar la independencia de Cataluña. Y eso sí, tampoco habla nadie de los falsos heridos, de la traición de los Mossos, de las burlas al Estado de Derecho, de los ataques a policías y guardias civiles… Nada de eso parece haber sucedido. Lo único que parece haber pasado es que hubo cargas policiales.

Y debemos concluir que una vez más, el gobierno español ha sido rebasado, desbordado y derrotado por el independentismo catalán. Lo triste es que no es solo culpa del indolente Rajoy y su gobierno. Mientras aquéllos tienen una lectura única, que cumplen a rajatabla (le preguntan a ellos cualquier cosa referente al referéndum y lo único que saben decir es que no se puede soportar la “actitud de España, que manda a feroces policías a maltratar a los pacíficos y democráticos catalanes) en el otro lado, en el del gobierno solo hay excusas mal hilvanadas; aparte de la actitud de otros partidos, como el PSOE, que a pesar de su edad, todavía no sabe qué le gustaría ser cuando sea mayor. Y de los desvaríos de Unidos Podemos y otras yerbas, ya hablaremos.
(Continuará)

miércoles, 4 de octubre de 2017

CUANDO EL SABIO SEÑALA LA LUNA, EL TONTO LE MIRA EL DEDO (1)


—¡Ay, Jesús! ¡Las cosas que hemos visto! ¿Eh, sir John? ¿Digo bien?
—Cuando oímos las campanadas a medianoche, maese Robert Shallow…
—¡Las oímos, las oímos, las oímos…! ¿Eh, sir John? ¿Las oímos…! ¡Jesús, las cosas que hemos visto…!

CAMPANADAS A MEDIANOCHE, de Orson Welles



DE LOS REFERÉNDUMS
Algunos han descubierto ahora los referéndums y, en su supina ignorancia, creen que son una forma superior de democracia. Y no, no es así en absoluto. Es más, en los tiempos en que nos formábamos políticamente, sosteníamos como una verdad indiscutible que “todo referéndum convocado por una dictadura, es ganado por la convocante.” De lo anterior se deduce que el referéndum también ha sido un recurso usado históricamente por las dictaduras; y también que si quien o quienes convocan el referéndum controlan absolutamente la fecha, el contenido de la o las preguntas, así como el control de las mesas electorales y el recuento final (cosa normal en las dictaduras), el resultado del referéndum estará cantado.

De que lo anterior es cierto tenemos ejemplos cercanos: durante el franquismo, se celebraron en España tres referéndums (dos de ellos en vida del dictador): el primero, el 6 de julio de 1947, sobre la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado; el segundo, el 14 de diciembre de 1966, sobre la Ley Orgánica del Estado, y el tercero, el 15 de diciembre de 1976 sobre la Ley de Reforma Política. Dejamos que los curiosos averigüen por sí mismos los resultados que arrojaron esos referéndums.

En cuanto a cómo han sido tradicionalmente organizados por regímenes no democráticos, expliquemos cómo se organizaban aquí durante el franquismo. Y advertimos que lo que viene a continuación no son invenciones o suposiciones nuestras, sino la narración veraz hecha por funcionarios municipales a los que tocó vivir los hechos.

Un día o dos antes de la celebración del referéndum, en los ayuntamientos se recibía una llamada telefónica del Gobierno Civil de la Provincia, desde donde daban los resultados exactos que debía arrojar la votación en cuestión, en cada pueblo: participación en números absolutos y relativos así como resultados finales tanto en cifras absolutas como relativas. Cuentan esos funcionarios municipales que a determinadas horas comparaban la cifra de votantes reales con el número que previamente había señalado el Gobierno Civil y, si había mucha diferencia negativa, procedían a introducir papeletas a discreción hasta nivelar las cifras. Naturalmente, debían anotar los nombres de los supuestos “votantes fantasma”, es decir, aquellos que no lo habían hecho en realidad pero sí oficialmente. El problema es que debían andar con cierto cuidado, porque a veces alguno de esos ciudadanos se presentaba a votar más tarde, por lo que había que registrar su voto con el nombre y DNI de otro vecino, para que no hubiera duplicidades.

Para hacer menos árido el asunto, contaremos una anécdota sucedida en nuestro pueblo, no sabemos si en el referéndum de 1966 o en el de 1976. Como siempre, en cada mesa electoral estaba nombrado un funcionario municipal; a todos esos funcionarios los controlaba el Secretario Municipal, que los citaba una hora antes en el ayuntamiento, para tener constancia de que todos se habían presentado. Ese día, el Secretario fue recibiéndolos, pero los minutos pasaban y uno de los funcionarios no se presentaba. Hasta que terminó por ordenar que todos se fueran a ocupar sus puestos en las mesas y él se quedó solo, hecho un manojo de nervios, en la puerta del ayuntamiento esperando al que faltaba. Hasta que por fin, y faltando pocos minutos para que se iniciara la votación, el funcionario “tardón” apareció por la esquina andando muy parsimoniosamente, como si dispusiera de todo el día para llegar. Entonces, muy enfadado, el Secretario se dirigió a él diciendo:
—¡Hombre, Fulano, por Dios! ¿Qué hora de llegar es esta?
Y el otro, muy cachazudo, contestó;
—¿Pero qué pasa? ¿Aquí va a ser todo mentira menos la hora de presentarse? ¿Esa va a ser la única verdad del referéndum?

Quizá no haga falta recordar aquí y ahora, cuántas veces hemos oído decir en los últimos meses (aunque no con esta misma formulación), que votar es la máxima expresión de la democracia. Eso, en labios de los nacionalistas catalanes… y algunos compañeros de viaje (aunque se hayan subido en el tren del nacionalismo saltando sobre el estribo antier por la mañana) puede parecer una broma o quizá un enorme ejercicio de cinismo. Porque, si razonamos tan puerilmente como ellos deberemos concluir que la dictadura franquista tenía ciertos “puntos” democráticos, pues organizó al menos tres referéndums.

Si comparamos la burla que suponían los referéndums franquistas con la penúltima charlotada organizada por la Generalitat catalana el domingo pasado, ganan en decencia, por goleada, las consultas franquistas. Ya sabemos que todo el tinglado era una farsa, pero al menos aquellos funcionarios se esforzaban por darle a esas votaciones un cierto aire de verosimilitud. Pero éstos de ahora no se cuidan ni de las más elementales maniobras de simulación. Aparte de las carencias mil veces denunciadas por partidos políticos y colectivos de toda índole (inexistencia de censo oficial, de urnas adecuadas, de papeletas homologadas, de controles democráticos, etc. etc.), hemos de añadir que el referéndum estaba expresamente declarado ilegal y, por tanto, prohibido, por las instancias judiciales.

Pero al margen de todo esto, que ya basta para invalidar todo el circo, cuando hemos visto la función con el timo del “censo universal” que permitía votar en cualquier lugar sin control alguno, propiciando que cualquiera pudiera votar más de una vez, cuando hemos visto llegar a los colegios urnas ya repletas de papeletas, cuando hemos visto “votar” en plena calle a mujeres, hombres y niños en urnas colocadas en el suelo sin nadie que identificase a esos votantes…  Cuando hemos visto todo eso y mucho más que no vamos a relatar porque todos nuestros lectores lo deben tener muy fresco en la memoria, hemos sentido asco y vergüenza.

Ya, qué más da el resultado que proclamen los jerifaltes de la Generalitat. Tanto da que digan que han votado dos millones de ciudadanos como que digan que fueron cuatro. Digan lo que digan, nadie se lo creerá. Pero no tuvieron bastante: alcanzaron los niveles de aquellos personajes de las historietas cómicas, «Pepe Gotera y Otilio, “Chapuzas a domicilio”» al publicar la misma noche del día uno de octubre los resultados electorales y resulta que la suma de los porcentajes da el 100,88%. O sea, el pucherazo confesado, o el Referéndum de la Señorita Pepis.

Hemos hecho esta larga digresión acerca del referéndum porque, a pesar de que para muchos de nuestros lectores no digamos nada que ya no sepan, nuestra experiencia personal nos dice que todavía hay muchísimas personas confusas por las distintas opiniones o versiones que diariamente le bombardean el cerebro. Para estas personas resumimos: Votar no es el único atributo de una democracia; hay muchos otros. Pero incluso votar puede ser un acto vacío, e incluso antidemocrático, si la votación no se produce con ciertas garantías. Porque no siempre las cosas son lo que parecen. Y, hacemos uso por primera vez en este artículo del Test de Riley, también conocido como Test del Pato, que reza: «Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato.» Tomaremos prestado el título de un artículo firmado por Federico Quevedo en el digital Merca2 el pasado lunes: «Si parece un pato, nada como un pato, y vuela como un pato, entonces… es un referéndum.»

(Continuará)

miércoles, 24 de mayo de 2017

LA INSENSATEZ DEL PSOE


En su ya clásico libro “La marcha de la locura. La sinrazón desde Troya a Vietnam”, la historiadora estadounidense Bárbara W. Tuchman estudia un fenómeno que se repite, más frecuentemente de lo que pudiera pensarse, a lo largo de la historia de la humanidad: se trata de aquellos gobiernos que adoptan y desarrollan políticas absolutamente contrarias a sus propios intereses. La aplicación de esas políticas llevó al desastre, irremediablemente, a sus gobernados.

El caso es que esas políticas se aplicaron aun cuando había claros indicios de su inconveniencia, mientras había otras opciones posibles, y no se pusieron en práctica ni una ni dos veces, sino durante un tiempo considerable. Así pues, esos gobiernos no actuaron inconscientemente, sino de manera insensata. O quizá estuvieran dominados por la testarudez o por esa pulsión que los antiguos griegos llamaron “hybris” y que se podría traducir por egocentrismo extremo, desmesurado; la creencia de que se está dotado de unas cualidades tan excepcionales como para enfrentarse exitosamente a las más duras adversidades.

No podemos dejar de acordarnos de ese libro cada vez que observamos la imparable caída que sufre el PSOE desde los años finales del pasado siglo. No podemos creer que a pesar de los signos inequívocos de que algo (o mucho) se está haciendo mal, las sucesivas direcciones del partido sigan empeñadas en aplicar una y otra vez los mismos supuestos remedios. Como ya advirtiera Einstein, «locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes». Los menguantes resultados electorales, la desafección de los militantes y su enfrentamiento cada vez menos larvado con la dirección del partido, se agravan y profundizan ante la falta de ideas y respuestas a los retos de la falta de horizontes que ofrece un capitalismo (creemos que ahora sí) agonizante.

Es innecesario hacer aquí y ahora un relato pormenorizado de la deriva de los últimos años del PSOE; primero, porque están tan cercanos en el tiempo que, con más o menos exactitud, todos los recordamos; y segundo por razones de espacio, pues es evidente que ese trabajo requeriría como mínimo un libro. Pero para situar el problema es necesario recordar algunos de los hitos que han jalonado el camino del PSOE hacia el desastre.

Hemos hablado antes de los «menguantes resultados electorales». Helos aquí:
Año 2004. Candidato, Zapatero. Diputados: 164
Año 2008. Candidato, Zapatero. Diputados: 169
Año 2011. Candidato, Rubalcaba. Diputados: 110
Año 2015. Candidato, Sánchez. Diputados: 90
Año 2016. Candidato, Sánchez. Diputados: 85

Hemos señalado también la desafección de la militancia y su rebelión cada vez menos oculta a los dictados de una cúpula absolutamente burocratizada y más alejada de lo que se supone que es la ideología de izquierdas. (Y decimos adrede “se supone”, porque no creemos que la gran mayoría de los líderes del PSOE, ni mucho menos el grueso de la militancia, tenga la formación política mínima como para mantener una conversación seria sobre teoría de las ideas políticas, por ejemplo. Esa ignorancia supina, en los líderes, es vergonzosa. En la militancia sólo es achacable a la inoperancia e ineficiencia de una dirección poco o nada interesada en la formación de los militantes). Esta ausencia de las herramientas intelectuales necesarias para analizar correctamente los cambios que se dan en el mundo y la relaciones entre los actores de esos cambios, han llevado al PSOE a ese desconcierto, a ese no atinar en ningún diagnóstico, a ese predominio de los mediocres. Sabido es que en país de ciegos, el tuerto es el rey.

Pero continuemos. Si repasamos someramente lo ocurrido en las distintas elecciones internas, bien sea para elegir candidato a la presidencia del gobierno, bien sea para elegir al secretario general, veremos nítidamente los avisos que viene dando la militancia: a veces, se ha impuesto por la mínima el candidato “oficialista”; otras veces, ha sido derrotado. Veamos:

En abril de 1998, se celebran por primera vez unas elecciones primarias en el PSOE. Se trataba de elegir al candidato a la presidencia del Gobierno y los contendientes fueron Joaquín Almunia y Josep Borrell; el primero, a la sazón Secretario General, tenía el apoyo masivo del “aparato” del partido. Borrell iba por libre. Pero éste último se impuso en las elecciones frente a su rival, por más de veinte mil votos. El PSOE (digámoslo así) no digirió bien esta bicefalia, esta posible separación de los cargos de presidente del Gobierno y secretario general del partido. El caso es que aproximadamente un año después Borrell se vio obligado a dimitir al destaparse un escándalo de corrupción protagonizado por dos antiguos colaboradores suyos en el ministerio de Hacienda. Todos sabían que Borrell no estaba en absoluto implicado en corrupción alguna, pero… Se habló también de dossieres acerca de su vida privada. O sea, blanco y en botella. Y ahí empezó la cadena de grandes derrotas del PSOE: Aznar ganó a Almunia en las elecciones generales del año 2000.

En julio de 2000, en el 35º Congreso Federal del PSOE, Zapatero se alza con la victoria en la votación para la Secretaría General frente a José Bono, por sólo 9 votos de diferencia. Bono era el candidato apoyado por el “aparato" del partido. También contendían Matilde Fernández y Rosa Díez, que quedaron a bastante distancia de Bono y Zapatero.

En 2012, en el 38º congreso federal, se enfrentan Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón por la Secretaría General del partido. Rubalcaba es el favorito del “aparato” y gana… por 22 votos.


En julio de 2014 se celebran elecciones primarias por primera vez para elegir al secretario general del PSOE; los contendientes son Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José A. Pérez Tapias. Con el inestimable apoyo del PSOE de Andalucía, Pedro Sánchez se alza con la victoria. Lo sucedido en el Comité Federal del día 1 de octubre de 2016 dio al traste con la Secretaría General de Pedro Sánchez. Pero los hechos son tan complejos y tienen tantas ramificaciones que sobrepasan muy ampliamente el ámbito de este breve “post”. Recomendemos que aquellos lectores interesados en profundizar en ese asunto, pueden leer dos libros de reciente aparición: Sevilla, Jordi: Vetos, pinzas y errores. Ediciones Deusto. (Barcelona, marzo de 2017) y Borrell, Josep: Los idus de octubre. Libros de la Catarata. (Madrid, mayo de 2017).

Vista la secuencia del camino hacia el desastre total del PSOE, señalemos también algunos hitos que demuestran claramente ese “despiste” ideológico del PSOE que se inscribe en un contexto de desconcierto de la izquierda en general y de la socialdemocracia en particular. Puede que no sean ni los más importantes ni los más significativos, pero son los primeros que se nos vienen a la mente y pueden servir para ilustrar ese no saber qué se quiere ser de mayor, dilema que aqueja al PSOE como antaño aquejaba a los escolares.

Recordemos cómo en 2008 el entonces secretario general del PSOE y presidente del Gobierno negó la gran crisis económica cuando hasta los alumnos de enseñanza primaria sabían lo que se nos venía encima. Los que avisaban de la inminencia de la crisis fueron tildados de antipatriotas. Para colmo, numerosos expertos y no tan expertos habían avisado de que la burbuja inmobiliaria estallaría más bien pronto que tarde y había un consenso casi general de que las prácticas bancarias rozaban el timo puro y duro.

Recordemos también cómo el mismo Zapatero afirmó en Cataluña que el parlamento español aprobaría el nuevo Estatuto de Cataluña tal y como lo aprobara el parlamento autonómico. Después el estatuto fue “podado” en varios artículos considerados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional. Y, en parte, aquellos polvos trajeron estos lodos.

Finalmente, el PSOE, muy ayuno de ideas nuevas, ensimismado en sus peleas internas, fue incapaz de atisbar siquiera el significado y las consecuencias que pudieran tener para la política nacional aquel movimiento, inicialmente espontáneo, que se inició el 15 de mayo de 2011.

En este contexto se han celebrado las elecciones primarias del domingo pasado. El desenlace de lo ocurrido, aún demasiado reciente, está por ver y el PSOE sigue en la encrucijada, pero los signos visibles no son nada tranquilizadores. A pesar de los llamamientos a la unidad, a zurcir los rotos del partido, hay hechos muy inquietantes: por ejemplo, la actitud de Susana Díaz la noche electoral; el conato de abucheo a los vencidos; lo que antier mismo (lunes día 22) decía una destacada militante del equipo sanchista: que los líderes regionales que habían apoyado a Susana debían pedir perdón a la militancia; que el mismo lunes, el secretario general electo no se hubiera dignado contestar a las felicitaciones de algunos líderes territoriales del PSOE (en cambio sí se ha sabido que mantuvo una conversación más o menos larga con Iglesias Turrión). Ayer y hoy mismo leemos y oímos noticias inquietantes acerca de las reticencias de los perdedores a hacer efectiva la reunificación del PSOE por la vía de integración en una sola lista de los delegados al próximo Congreso Federal.

En este contexto, ¿alguien se cree que la victoria de Sánchez va a suponer una rectificación en la trayectoria del PSOE, un freno en su caída libre? Nosotros somos pesimistas a este respecto: Sánchez es tan “aparato” como aquellos que le hicieron dimitir hace unos meses y así lo ha demostrado cuando ha tenido ocasión, como por ejemplo, los modos y maneras con los que destituyó a Tomás Gómez en Madrid.

En fin, por terminar por donde empezamos, creemos que es bastante evidente que hay múltiples señales de que los dirigentes del PSOE están llevando a cabo políticas que van en contra del propio interés del partido. Hemos podido ver la enorme desafección no sólo de los votantes, sino de los propios afiliados que, cada vez que les han dado la oportunidad han mostrado el rechazo a las imposiciones del “aparato”, cuyo poder de control disminuye paralelamente a la pérdida de poder institucional y, como consecuencia de ello, disminuye también su capacidad para comprar voluntades por la vía de repartir prebendas. Todo lo dicho al principio del análisis de Tuchman se les puede aplicar plenamente. Pero todos tan contentos. Irán de victoria en victoria hasta la derrota final.

EPÍTOME

Si a alguien le cabe alguna duda, que analice lo ocurrido en nuestro pueblo desde 1998. Tras obtener mayoría absoluta en la elecciones municipales (1995), se empezaron a aplicar políticas erráticas, dividieron por la mitad al equipo de gobierno, dividieron y rompieron al mismo partido (con las bendiciones del “aparato” sevillano) y merced a las guerras internas han ido cayendo candidatos y alcaldes socialistas, achicharrados por esos a los que Churchill llamó enemigos de la peor ralea, los compañeros de partido; desde 1999 no han hecho más que perder terreno y finalmente, la agrupación local fue disuelta. Y así lleva ya aproximadamente dos años. ¿Dónde está el PSOE de Arahal? ¿Le importa algo a las direcciones provincial y regional del PSOE lo que pase políticamente en Arahal? ¿Dónde están y qué política hacen los que ayer repartían los carnés de "socialista auténtico" y los que presumían de representar “la marca”?


viernes, 4 de noviembre de 2016

MENTIRAS Y FALACIAS


1: La locución “matar al mensajero” es antiquísima y hace referencia a que desde los más remotos tiempos los poderosos, cuando no les agradaban las noticias que les daban solían castigar al portador de esas noticias, muchas veces ejecutándolos.

2: Es bastante frecuente que algunos, en vez de demostrar la falsedad de algo de lo que se les acusa, tratan de desprestigiar al autor o mero transmisor de la acusación.  En otras palabras, si alguien dice, por ejemplo, que Fulano es un ladrón, no se le debe creer porque el tal Fulano mintió en otra ocasión. Esto es conocido como “argumento ad hominem (contra el hombre). Y para que se entienda mejor, es algo parecido al «Y TÚ MÁS…»: modernamente es bastante frecuente que se acuse a los políticos (bien individualmente o bien como integrantes de un partido) de determinados desmanes o prácticas corruptas. Observaremos que los acusados, generalmente, no tratan de demostrar la falsedad de la acusación, sino que “se tapan” acusando al contrario de hechos similares.

La noticia a grandes rasgos es que al parecer el señor Espinar, senador de Podemos y uno de los mandamases de este partido en Madrid, compró una vivienda a una cooperativa; según él, pagó la entrada con ayuda de su familia; cuando firmó las escrituras y se subrogó en la hipoteca para pagar el resto de la vivienda, el hombre se da cuenta de que no puede pagar la hipoteca… ¡y decide vender la vivienda! Sin haberla habitado ni un solo día.

Tuvo la opción de haber devuelto la vivienda a la cooperativa, que le hubiera reembolsado hasta el último céntimo que había aportado. Así lo asegura el propio presidente de esa cooperativa. Pero no. Dado que el precio del módulo había subido en el transcurso de esos meses, la pone en venta por el máximo dinero que legalmente se le permite… Y SE GANA UNOS 20.000 EUROS.

Un periódico, El País, saca a relucir esta historia y se desencadena el diluvio… Por lo menos ayer, porque inmediatamente el caso ha sido desplazado en el interés general por el nombramiento del nuevo gobierno. Se acabó, eso ya no interesa… En el propio periódico El País, página 25, vemos hoy algunos datos nuevos que no hacen más ahondar en la cuestión previa, EL PELOTAZO DE ESPINAR y, lo más grave, pone de manifiesto la sarta de mentiras que ayer casi todos los gerifaltes de Podemos largaron tratando de defender la conducta de su senador.

1a: Ayer, casi todos los dirigentes de Podemos salieron a culpar a algún medio (El País, concretamente) de sacar esta historia del angelical Espinar para tratar de influir en las elecciones internas de esa formación en Madrid. Pablo Manuel fue un poco más allá y se hizo la víctima: se había señalado a Espinar como integrante de la corriente “pablista” de Podemos. De ahí deduce él que atacar a Espinar es atacar a Pablo Manuel. Pero cuando se le insiste en si había habido pelotazo o no, respondía, más o menos: ha hecho lo que hacen miles de jóvenes. ¿Ah, sí? Hasta no hace mucho (ya ha muerto) solía aparecer en algunas tertulias una periodista llamada María Antonia Iglesias. Cuando se planteaba una cuestión como ésta solía preguntar «¿Es puta o no es puta?». Pues eso.

Ahondamos más: ¿Cualquier joven español con veintipocos años, que no ha trabajado aún, se mete en la compra de un piso de casi 150.000 euros? Leemos que el banco le concede la hipoteca en 2010, en plena crisis económica, cuando conseguir un préstamo era casi un milagro para cualquier persona corriente. Dos cosas: a cualquiera le pueden venir las cosas mal (le ha pasado a cientos de miles de españoles, con la crisis), impidiéndoles hacer frente a sus compromisos. El que alguien que no tiene perspectivas de trabajar a corto plazo, se endeude a ese nivel, no será ilegal, pero concédasenos que, al menos, es extraño. Más claro: si no tenía perspectivas a corto plazo de pagar la vivienda, ¿qué objeto tenía comprarla?

Y nos parece muy bien que la familia le ayudara. Lo que pasa es que ayer mismo le oímos decir que si hubiera conocido el origen del dinero de su padre (encausado en el saqueo de Bankia) no lo hubiera aceptado. Vaya, hombre, ¡otro que no vio el coche Jaguar en el garaje!

Para terminar con este punto: Pablo Manuel dice que si Espinar hubiera querido especular, hubiera esperado diez años y hubiera conseguido mucho más. ¿Este muchacho es tonto o se cree que lo somos los demás? Ahora va a resultar que tenemos que ensalzar su comportamiento porque decidió recoger rápidamente los beneficios alegando que se echaba atrás en la compra ante la imposibilidad de pagarla…

2a: Queda claro, pues, que el senador Espinar no cometió ilegalidad alguna. Lo único que pasa es que el hombre tiene un poquito de déficit de ética, pero eso no es demasiado grave. Entonces, ¿quién es el culpable de todo este lío?: EL PAÍS.

Ese periódico trata de influir en las decisiones políticas que se adoptan en España; ese ha sido, parece ser, el gran descubrimiento que han hecho algunos después de que Pedro Sánchez lo dijera el pasado domingo en una celebrada entrevista televisada. ¡Vaya novedad! ¡Ese es el argumento “ad hominem”! Estamos tentados de creer que La Razón, El País, ABC, La Vanguardia, y todos los demás periódicos y medios de comunicación tienen intereses puramente comerciales, mientras que el grupo Atresmedia (Antena tres, La Sexta, Cuatro Televisión, etc. etc.) son un conglomerado revolucionario que han hecho lo indecible por crear y apoyar a Podemos porque su verdadero interés está en “asaltar los cielos”. De lo contrario, tendríamos que pensar qué esperan conseguir sus propietarios en el caso de que algún día gobierne Podemos en España. ¿Está vendiendo Pablo Manuel su alma al diablo?

Vayamos ya al enunciado de este post. Una mentira es una proposición no verdadera y relativamente fácil de desmontar. Y aunque algunos suelen  confundirlas, una falacia no es exactamente una mentira: es un argumento que parece verdadero, pero que no lo es.


La cúpula de Podemos no suele mentir, saben que no llegarían muy lejos. Por el contrario, están consiguiendo hacer un verdadero arte del manejo de la falacia.

viernes, 9 de septiembre de 2016

UN DÍA CUALQUIERA


Cuentan los que saben de estas cosas, que el día 7 de enero de 1967 John Lennon se sentó ante el piano con un ejemplar del Daily Mail y empezó a escribir la canción «A Day in the Life» (Un día cualquiera). Versaba, aparentemente, sobre algunas noticias que aparecían ese día en el citado periódico. La canción se considera una de las obras maestras de The Beatles y cierra el disco «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band», que se publicaría el día 1 de junio siguiente y está considerado por muchos como el mejor disco de rock de todos los tiempos.

Esta mañana nos hemos sentado con algún que otro periódico y una revista y, tras ojearlos, nos hemos acordado inmediatamente de aquella canción y del cáustico Lennon. ¿Cuántas canciones hubiera necesitado el genial artista para comentar siquiera la mitad de lo que hoy, y solamente hoy, aparece en prensa? Desde luego, no cabrían en un solo disco. Veamos:

Sigue dando que hablar la visita de Donald Trump a México y sus insultos a los mexicanos. Hay que tener pocos arrestos para no haberle hecho cruzar el Río Grande a patadas. Pero bocazas por bocazas, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte (hemos hablado de él en alguna ocasión) llama “hijo de puta” a Obama. Cuando éste se niega a recibirle, el tal Rodrigo se sorprende y dice algo así como que no debió tomarse sus palabras como algo personal. ¿Conocerá Rodrigo a su madre?, pensamos nosotros.

Los partidos políticos españoles esperan que el resultado de las próximas elecciones vascas y gallegas solucione el bloqueo institucional que sufre España. Bueno, también podrían haber rezado juntos pidiendo un milagro…

¿Qué es lo que no tiene enmienda? Iglesias Turrión al parecer se mosquea cuando sus exparejas no le guardan la debida consideración; así, ataca a la lista supuestamente “errejonista” que se va a presentar para dirigir Podemos en Madrid y en la que se ha integrado Tania Sánchez. Tiémplate, chaval…
Por otra parte, nada sabíamos hasta hoy de Mulai Omar Benhamad y Fátima Neijar. Pues nos acabamos de enterar que tanto él como ella son dirigentes del Movimiento Unidad y Reformas además de grandes referentes morales del islamismo moderado. Él, llegó a emitir una fatua (pronunciamiento o aclaración legal en el Islam) que prohibía el intercambio de palabras amorosas en las redes sociales. Ella, viuda con seis hijos, había dejado dicho que la risa de una mujer ante un hombre puede tomarse como un acto de fornicación (no necesitaría reírse mucho para “fabricar” seis hijos). Pues los gendarmes marroquíes sorprendieron a ambos el pasado día 20 de agosto, de madrugada, “riéndose a carcajadas” en el interior de un coche aparcado en una playa…
El Vaticano (el papa, vaya) ha aceptado la “renuncia” del obispo de Mallorca y lo traslada a Valencia. ¿Motivo? Un marido algo mosqueado había denunciado hace meses que monseñor mantenía con su señora (la del denunciante) un trato de excesiva familiaridad. Y todos entendemos el eufemismo. En fin, monseñor ha dicho que si él y ella habían intercambiado sus anillos, era porque ambos habían formado un grupo de oración; eso sí, en el grupo sólo estaban ellos, que ya se sabe que para ciertas cosas más de dos es una multitud.

Parece que el todavía ministro Guindos tendrá que explicar en el Congreso esas tonterías con las que intentó tomarnos el pelo a cuenta del (fallido) nombramiento del exministro Soria. En estos días otro exministro, Rato, trata de dar las oportunas explicaciones  acerca del contrato con que benefició a su cuñado en Bankia, de la que llegó a cobrar 480.000 euros en un año. ¿Qué les das, Rojoy, dónde los buscas? Pregunta retórica para un personaje acusado de cobrar en negro mediante el españolísimo método del sobre anónimo.

Y hablando de estafadores, leemos que los dueños de la cervecera Damm han aceptado pagar más de 92 millones de euros para evitar ir a la cárcel. Están acusados de cometer el mayor fraude fiscal que se ha cometido en España, según la Fiscalía, que también mantiene que con ese pago se cubre la totalidad del daño causado al erario público. ¿De verdad?

La Unión Europea aprueba un pago de 348 millones de euros como ayuda a los demandantes de asilo en Turquía. ¿Alguien se cree que así podrán frenar la ola migratoria? ¿Son tontos de remate o unos carotas con altas responsabilidades?
Sabíamos que era bastante reaccionario, pero no tonto e ignorante (que son cosas distintas): Mel Gibson ha dicho tras visitar España, que “ese edificio viejo es muy molón”. Se refiere a la Alhambra…

Y como esto se está haciendo demasiado largo, vean también el asunto de la presunta congelación de jamones, las maniobras de Errejón en Andalucía, el rechazo del ministerio a inscribir el nuevo partido de Artur Mas y Cía., la solitaria inauguración en Lisboa de la “embajada” de Cataluña, las horas bajas de la Diada, alguna propuesta para modificar el Pacto de Toledo a cuenta del futuro de las pensiones, la última idiotez dicha por alguna presunta actriz española y, sobre todo, algunos artículos científicos como el de la mecánica cuántica o la levadura cervecera (con perdón de los de Damm).

Y después, como colofón, no dejen de leer la columna de Millás en El País titulada «Peste», acerca de los “no-lectores”.


No importa que leer y asimilar todo esto y sus implicaciones les lleve hasta el domingo. Más tiempo nos costó asimilar el disco de The Beatles al que aludíamos al principio. Es alimento para el alma.